domingo, 29 de abril de 2012

KM Vertical del Calvitero 2012:



Suena el despertador. Son las 7 de la mañana. Mientras desayuno mis padres me advierten que la nieve ha bajado mucho esta noche. Según tráfico el puerto de La Hoya, al lado de Candelario, está cerrado en ambos sentidos (luego resulta no ser cierto porque Javi y Susi han venido por el puerto de Tornavacas). A las 8 nos ponemos en camino por Plasencia. A las 9:20 llegamos a nuestro destino. No hace mucho frio para lo que se ve ahí arriba. Toda la sierra está completamente blanca. El paisaje es espectacular. Estoy deseando subir alli!


Recojo el dorsal, me quito el chándal y salgo a trotar un poquillo para calentar. Al final parece haber menos corredores aún de los que había en la corta lista de inscritos y todos parecen tener más nivel que yo. En mi cabeza empieza a rondar la duda de si será esta la primera vez que llegue el último. 

Llega el momento de la salida. Esta vez no es una salida multitudinaria. Con 3 filas de corredores con bastante espacio para nosotros empieza la cuenta atrás. Enciendo el cronómetro y el MP3. Esto va a empezar y no hay vuelta atrás. Los miedos se disipan. Empezamos a correr. La calle que va de la plaza a la salida del pueblo es una cuesta empedrada que parece no tener fin. Con ritmo tranquilo pero intentando no quedarme atrás voy subiendo por ella. Veo a mi hermano y a Marga con la cámara en la mano. Saludo, sonrío y empiezo a centrarme en mantener el ritmo. 


Se acaba el pueblo. Llega la trocha. Esta vez está bastante mojada y hay zonas que resbalan bastante. Ya no recordaba lo empinada que se volvía en algunos tramos. Llevo a Santi de TRBS delante. El ritmo que lleva me parece adecuado. Puedo seguirle corriendo y andando y parece un ritmo que nos puede llevar en buen tiempo a la meta sin tener que sufrir demasiado. Me pongo a rueda y decido seguirle hasta donde pueda. Aparece delante de nosotros el cartel que marca el KM1. Increíble. ¿Sólo llevamos un kilómetro? Los kilómetros en esta carrera son más largos de lo normal.

Llega un tramo bastante llano. Se puede correr medianamente bien y recuperamos de la primera subida. A media que avanzamos por él empiezo a pensar que cuanto más dure el llano más dura será la siguiente subida. Sigo a rueda de Santi. Empieza la siguiente rampa. Es una subida bastante llevadera que nos lleva al pinar. Empieza a haber nieve por el suelo. Abandonamos el camino de subida que seguimos en el Cross de enero para atravesar el pinar hacia una pista forestal. La nieve de los pinos se está deshaciendo con el sol, que empieza a brillar en el cielo, y los goterones nos caen encima refrescándonos. 

Seguimos subiendo por la pista a un ritmo más bien tranquilo. Primera mirada atrás y nadie nos sigue. Hay un grupo de unos 5 corredores a 100 metros de nosotros por delante y luego Santi y yo. Detrás nadie. Empiezo a sentir miedo de si seremos los dos últimos corredores. Seguimos corriendo e intercalamos con descansos andando pues la subida ya es más repentina y las piernas van cansadas. Cada vez hay más nieve en el camino y de repente tenemos ante nosotros la grandeza de las montañas totalmente blancas. Las vistas son impresionantes. Hay que subir allí arriba. En este momento me parece que queda muy lejos. Acabamos de pasar por el KM2.


La subida ahora se vuelve más complicada. Abandonamos la pista para subir totalmente rectos por la ladera de la montaña. Atravesando mares de carabones y levantando mucho las piernas para poder ascender. Esta subida ya empieza a hacerme sudar en serio. Hace calor a pesar de estar rodeados de nieve y empiezo a respirar más fuerte por el esfuerzo. Sigo teniendo a Santi delante y sigo mirando hacia atrás sin ver a nadie. Empieza a angustiarme la idea de ser el último. Arriba, al final de la subida nos esperan un fotógrafo y un niño que nos animan a terminar el tramo. Llegamos a la carretera. Hay algunas personas dándonos ánimos. Cruzamos y seguimos ladera arriba. Al menos esta subida es más limpia. Ahora ya sólo se ve nieve a nuestros pies. Cruzamos el punto kilométrico que nos indica el KM3. 


Seguimos subiendo, ahora ya andando. La subida es bastante exigente y las piernas notan la anterior subida. Uno de los corredores que llevamos delante se ha descolgado del grupo y empezamos a acercarnos a él hasta darle caza. Al menos ya estoy seguro de no ser el último. Ahora ya solo miro mis pies y los de Santi. Sólo veo la nieve y el camino que han dejado los corredores que van por delante. Escucho música. Intento relajar mi respiración y seguir subiendo a rueda. De nuevo entre carabones llegamos de a otro tramo de carretera. Más ánimos de los asistentes y de nuevo otra subida por nieve. Estamos en el KM4. A lo lejos la plataforma. El avituallamiento. Mi hermano y Marga están ahí de nuevo, no los esperaba. Más fotos y más ánimos por su parte que me hacen sentir bien. Un traguito de aquarius y para arriba.


Ahora la nieve ya es más profunda. Los pies están blancos y el suelo blandito a nuestro paso. Me gusta. Santi empieza a dejarme atrás. Se ve que ha entrado en calor. Intento seguirle sin que se me escape mucho pero poco a poco voy a ir perdiendo metros hasta la meta. Ahora la subida es una línea recta hasta arriba. Empieza a hacer aire y se nota más fresco aquí arriba. Adelantamos a un par de corredores más en la subida mientras seguimos ascendiendo. Ahora puedo mirar atrás y veo que hay más participantes al fondo, detrás de nosotros. No éramos los últimos. El camino dejado por los de delante ya empieza a hundirse unos 20 cm. Hay bastante nieve. Hay que subir andando lo más deprisa posible pero al estar tan pisado y las suelas de las zapatillas llenas de nieve dura resbalo bastante. Santi se termina escapando ladera arriba. Al fondo se ve la meta. Pasamos por el KM5.


Sigo ladera arriba. Empiezan a bajar los primeros corredores que han coronado la cima. Bajan corriendo a nuestro lado dándonos ánimos. Ya queda poco. El último tramo ya está bastante metido en la nieve y es repentino pero el hecho de ver la meta allí arriba y a los que ya han llegado bajando me hace encontrar fuerzas para el último empujón. Miro el cronómetro. Llevo una hora. Parece que al final voy a tardar menos de lo que esperaba. Termino llegando a la meta en 1 hora y 5 minutos. No está nada mal. Ahora toca disfrutar de la bajada. Me dejo llevar ladera abajo corriendo por la nieve virgen. Disfrutando de cómo mis pies se hunden en ella y puedo bajar bastante rápido dando saltos. Cuando ya es inevitable vuelvo a la senda y me dedico a bajar tranquilo dando ánimos a los corredores que aún están subiendo. Al final había más de los que pensaba. Pero supongo que el miedo a llegar el último me empujó también hacia arriba.


Llego a la plataforma. Mi hermano y Marga están esperándome. Me cambio y bajamos al pueblo. Repongo fuerzas mientras se reparten los premios a los vencedores. Al final comemos algo en la plaza del pueblo y nos permitimos dar una vuelta por el pueblo. Volvemos a Salamanca. Hoy invito yo a comer. Muy rico todo, por cierto, aunque poca cantidad para el hambre que traíamos. Habrá que cuidar bien a mis fotógrafos. Se terminó la aventura del KM Vertical del Calvitero 2012.


  • Track del KM Vertical del Calvitero 2012:  WIKILOC
  •  Álbum de fotos propio: PICASA
  • Presentaciones de fotos de la organización:


 

sábado, 28 de abril de 2012

Paseo MTB Reserva Natural Garganta de los Infiernos:

El día empezó un poco soso. Toda la noche lloviendo y la mañana tenía la misma pinta. Paseos arriba y abajo por la casa con inquietud buscando algo que hacer. No puedo ir a correr, mañana tengo mi primer km vertical y no quiero quedar el último. La bici y el agua no son buenos amigos. Después de comer parece que el tiempo da un respiro, las nubes dejan ver algo más de claridad y la lluvia cesa. Es momento de sacar las piernas a pasear y quitar el mono de montaña. No puedo dejar pasar la oportunidad de darme un baño de gargantas antes de irme mañana de nuevo a la cuidad.


Me cambio y saco la bici a pasear. No quiero forzar, simplemente disfrutar de un rato a solas. Sudar un poquillo y movilizar las piernas para que no estén dormidas mañana. La subida por la ruta de Carlos V me parece una buena opción para disfrutar de una subida tranquila hasta el Collado de Las Losas y cumplir mi cita pendiente con el sendero que une el Puente Nuevo con la Garganta Chica y Los Pilones. 


Comienzo la subida tranquila, sacando fotos cada poco tiempo. Quiero disfrutar de esta tarde. Hacer una ruta por puro placer. Ha llovido bastante y las ruedas patinan mucho en las subidas. El hecho de que la subida de la Ruta de Carlos V esté llena de piedras sueltas y subidas bastante repentinas hacen que tenga que superar varios tramos a pie. No importa. Aprovecho para sacar más fotos. 


Una vez llego al Collado de Las Losas toca disfrutar de la bajada hasta el Puente Nuevo. Es un trayecto que me encanta hacer corriendo y es la primera vez que lo hago a lomos de la bicicleta. El hecho de que la roca esté mojada hace que me tome la bajada con mucho respeto. 


Llego al Puente Nuevo y comienza el paseo con la bici a cuestas. Son pocos los tramos que se pueden hacer rodando con la bici pero el hecho de que sean tan técnicos los hacen más atractivos. Asumo que me va a terminar doliendo el hombro de cargar con la bici y disfruto de las arriesgadas pero emocionantes bajadas que me permito hacer montado. 


Toca cruzar la Garganta Chica. Hasta ahora no me había dado cuenta de que iba a tener que cruzarla con la bici al hombro. También se notan las lluvias y viene cargadita pero me apaño para cruzar y empiezo el paseo por el sendero de Los Pilones. Otro tramo precioso para hacer corriendo. No es la primera vez que lo hago en bici pero esta vez apenas he tenido que poner los pies en el suelo un par de veces. Los Pilones están vacíos, no hay nadie. Hacía tiempo que no los tenía para mí solo. 


Intento subir montado la calzada romana pero es imposible. Las ruedas patinan una y otra vez y termino echando el pie al suelo. Toca subir andando. Llego al sendero. Otro tramo que es una gozada correr. En la primera bajada. Saltando los troncos que, a modo de escalón, permiten subir a los excursionistas que utilizan el sendero noto un ruido extraño en la rueda. Suena a pinchazo. Me toca hacer este tramo andando. Aprovecho para sacar unas cuantas fotos. Está precioso con el verde primaveral y el poco sol que dejan pasar las nubes. 


Subo por Las Merinas arrastrando la bici. Arreglaré el pinchazo un poco más adelante, cuando no haya tanta gente por el camino. Parece que se empieza a nublar. Va a volver a llover. Arreglo el pinchazo y vuelvo al pueblo. Ha sido una tarde productiva. Un paseo muy entretenido y divertido, con pinchazo incluído para darle ese plus de emoción. 

 
Mañana toca otra aventura. Una dura aventura. Mi primer kilómetro vertical. Miro hacia El Calvitero. Mañana me tocará subir allí arriba desde el otro lado de la sierra. Un desnivel positivo de 1100m en tan sólo 6km de distancia. Hay mucha nieve. Seguro que mañana piso nieve. Pero esa será otra historia. Mañana os la cuento.

lunes, 23 de abril de 2012

II Carrera por Montaña Garganta de los Infiernos:


El pasado sábado 21 de Abril de 2012 ha tenido lugar en Jerte (Cáceres) la II Carrera por Montaña "GARGANTA DE LOS INFIERNOS" organizada por el Club Deportivo Jerte (al cual pertenezco).
El día comenzó a las 8 de la mañana. Un desayuno rápido y a preparar las cosas para la carrera. Son muchas las horas, días, meses invertidos en que todo salga perfecto y seguro que algo se nos escapa. Los nervios están a flor de piel.

Entre unos cuantos socios preparamos las bolsas de corredor, los premios y trofeos y los sándwiches para el avituallamiento final. Una comida rápida y sin darnos cuenta ya estamos repartiendo dorsales. El ambiente se empieza a animar, llegan muchos corredores y el nerviosismo se palpa en el ambiente. Falta poco para que comience la prueba, esa prueba por la que tanto hemos luchado. 
Nos vamos para la plaza, llena de gente, muchas fotos, muchos ánimos… más nervios! Es hora de calentar un poco, de calmar el gusanillo bombeando un poco de sangre a las piernas… parece que nunca llega la hora de salir…

Respira hondo. Ya queda poco.Todo el mundo a la salida. Prepara el MP3 con las canciones que, escrupulosamente, has seleccionado la noche anterior para que te acompañen en cada tramo del recorrido. ¿Llegará la batería del GPS?. ¿Qué tal se portarán las piernas en la subida? ¿Salgo fuerte o me guardo fuerzas? Joder que den ya la salida!!

Empieza el baile… Empezamos a correr, al final me dejo llevar por la música y salgo a un ritmo bastante aceptable… escucho los ánimos de la gente a mi paso, de fondo, bajo la música. Ya no hay vuelta atrás. Voy adelantando corredores por las calles de mi pueblo. Vaya, parece que me encuentro bien, incluso no he perdido de vista la cabeza de carrera. Esto no puede durar, el pinchazo está cerca… Llegamos a la explanada del puente. Mucha gente del pueblo animando, corre un poco más, no puedes dejar que te vean flaquear…

Comienza la subida… El sueño empieza a volverse realidad. Aguanto el tipo los primeros metros de subida…Llega el sendero de la fuente de Las Latas. Pie al suelo. El aire no quiere entrar en mis pulmones, las piernas me pesan. Joder qué calor! Luis me pasa dándome un toquecito viendo que ya voy cediendo. Ando un poco, necesito respirar. Venga que el sendero vuelve a inclinarse antes de la pista, tengo que correr… Aguanto el dolor de piernas y subo corriendo hasta la pista a ritmo más bien lento. Llego a la pista y no tengo aire. Necesito andar de nuevo. Qué corte, me pasa hasta el apuntador. Me siento mal. Qué mal llevo la primera media hora siempre!! La pista se vuelve algo más horizontal y vuelvo a correr. Los primeros charcos. Dije que iba a mojarme desde el principio pero veo que la gente pasa por fuera y no se pierde tiempo así que prefiero mantener los pies secos porque mis piernas ya pesan bastante. Cuidado que Dani está echando fotos. Ahora no te pares!!!


Empieza la subida hacia la Fuente de Jarandilla. Pie al suelo de nuevo. El Pérez me alcanza y me anima a seguir. Le dejo pasar delante pero me prometo a mi mismo seguir con él hasta la bajada. Con mucho sufrimiento comienzo a subir a tirones la empinada cuesta. Corro hacia arriba con fuerza y le paso, sabiendo que el motor me pedirá pronto un descanso. ¿Pero qué pasa?!! Estoy empapado en sudor y no me entra aire en los pulmones. ¿Hasta cuándo va a durar esta sensación? Victor y Jesús nos pasan e intento seguirles pero su ritmo, lento y firme, nos va dejando atrás poco a poco.
Llega la trocha que nos sube por el claro del Reboldo hacia el Collado de Las Losas. Ya queda poco de subida. Las piernas no responden. Se forma una hilera de corredores con la que subimos andando hasta hacer cima. Una mirada atrás y parece que da menos vergüenza al ver que todos los de detrás también vienen andando. Llegamos arriba. El primer avituallamiento. También dije que no iba a beber nada hasta Los Pilones pero llevo la boca seca desde la primera subida. Un vaso de bebida isotónica para el sudor y la primera glucosa. Ahora toca estirar las piernas y recuperar los 5 minutos de más que hemos tardado en subir


Empieza la bajada hacia el primer sendero. Mierda, no puede ser. Ahora que empieza la bajada noto un dolor en el costado. ¿Flato? Venga hombre!! Ahora no!! Toca reducir el ritmo. Bajo tranquilo intentando que se pase para recuperar en el sendero. Nada. No se pasa. Me pongo a rueda de un corredor para recorrer el sendero y saltamos los robles que atraviesan el camino. 

Llega la larga y rápida bajada en la que también tenía pensado recuperar tiempo. En el MP3 empieza a sonar Ministry… A ritmo de gritos y guitarras eléctricas intento olvidar el flato. La teoría es que se debería pasar o, si no, debería aguantarlo. Intento pensar en los últimos libros que he leído. Pensar que si gente como Kilian Jornet o Josef Ajram dicen que la mente es más fuerte que el cuerpo y que todo es cuestión de motivarse yo también puedo. Nada que no se pasa el flato… pero con la tontería ya estoy llegando al cruce y veo a mi padre cámara en mano… A acelerar tocan!!

El segundo tramo de bajada parece que lo hago mejor. Me encuentro con Jesús de nuevo, me siento bien, me dejó bastante atrás en la subida. Parece ser que algo he recuperado. Ya se ve el Puente Sacristán. Reduce el ritmo que la subida hasta el desvío de la Garganta Chica se las trae. El de delante se para a andar y me doy un respiro andando detrás de él. Segunda glucosa para el cuerpo y así aprovecho las fuerzas en el sendero hacia Los Pilones. Quiero ir deprisa y es la parte que más me gusta y mejor se me da. Quiero coger a Jesús está justo allí delante. Al final lo alcanzo pero prefiero seguir a su ritmo para guardar fuerzas que aún queda mucho.
Pongo el piloto automático. Empiezo a pensar en todas las tardes que hemos dedicado a organizar esta carrera. En las llamadas de teléfono, en el montón de emails, en el estrés que hemos pasado, los papeleos, los quebraderos de cabeza, en si la gente estará contenta cuando todo esto termine, si nos felicitarán o si nos habremos dejado algo en el tintero… tanto tiempo preparándolo todo y ya no queda nada para que se acabe… Pero no es momento de pensar en esto. Ahora hay que disfrutarlo!

Llegamos a Los Pilones. Bajamos por las escaleras y veo a Tente sacándonos fotos. Llegamos al segundo avituallamiento. Me noto sudado de nuevo y paro a beber tranquilamente otro poco de bebida isotónica. Ando un poco hasta que empieza la bajada. Vamos Jesús que toca correr otro poco! 
La calzada romana siempre impone respeto. En la parte más pronunciada me encuentro con un conocido y charlo un ratillo con él para hacer más amena la subida que hacemos andando. Me felicita por el trabajo que hemos hecho. Me hace sentir bien. Se marcha corriendo y yo termino la subida a ritmo tranquilo. El sendero del mirador me encanta pero, por alguna extraña razón se me da como el culo. Empiezo a recorrerlo despacito pero poco a poco voy subiendo el ritmo. Hoy tengo que hacerlo bien.
Llego a Las Merinas. Esta subida se me suele dar bien. Empiezo a subirla a buen ritmo. Me confío y empiezo a notar las piernas pesadas de nuevo. Me queda una glucosa. Creo que es el momento. Me la tomo y pienso: de aquí hasta el final hay que dar caña.
Voy un poco adelantado con respecto a la música que tenía programada en el MP3. Eso es buena señal. Aún hay música “de disfrute” que tenía pensada para el sendero. Bueno, pues a “disfrutar” de la segunda subida, pienso. De nuevo mi padre cámara en mano. De nuevo a correr para que no me vean flaquear (es curioso, siempre pensé que ver a gente conocida te daba fuerzas para seguir adelante y resulta que corres por temor a que te vean rendirte jejeje). 

Subo el primer repecho corriendo y, de nuevo, pie al suelo. Los chavales que van conmigo me preguntan cuánto falta señalando el GPS. Mierda! La batería no ha aguantado. Tenía que haberlo puesto a cargar. Demasiadas cosas en la cabeza esta última semana. Pues estamos por el km 12 asíque nos quedan otros 4-5 km. Un kilómetro y pico por pista y por un sendero que se vuelve cada vez más repentino. El tercer avituallamiento. Otro trocito de pista y ya todo bajada. 

Llego al tercer avituallamiento muerto. Me duelen las piernas. Los kilómetros van haciendo mella. Otro traguito y a andar unos 25m. Necesito andar un poco. Miro atrás. Vienen más corredores. No quiero perder más puestos. Me pongo a correr. Esta última subida parece interminable pero ya queda poco para bajar. 
Llego a la bajada por las trochas del Reboldo. Siempre me ha encantado esta parte. Una bajada a ritmo moderado sitiéndome en el corazón del bosque jerteño. Veo a Jesús delante. Llevo desde la segunda subida del reboldo haciendo “la cuerda” con él, pasándonos mutuamente a medida que pasan los kilómetros. Por nada del mundo quiero que se me escape. Él es el que tiene que marcarme el ritmo hasta la llegada. Su ritmo es el que yo necesito. Así que le sigo. Llegamos de nuevo a la pista. Le veo esquivar de nuevo el charco. Pues yo creo que ya es hora de mojarse. Tengo que darme un pequeño placer y paso por el medio llenándome de barro. El siguiente también. Qué bien sienta el fresquito en los pies que ya traía ardiendo de la bajada! Pero ahora las zapatillas pesan al estar mojadas y aún queda el último tramo de llano que también se me hace interminable. Me tengo que parar a andar en pleno llano. Qué vergüenza. Miro atrás y veo que, de nuevo, se acercan los corredores que dejé atrás en la bajada. Tienes que seguir corriendo. Ya  no queda nada. Última bajada por sendero. Esta parte hay que hacerla con cuidado que suele resbalar bastante. El suelo está bastante seco así que decido arriesgar y pisar firmemente por el medio. Me encuentro con Dani echando fotos de la bajada. Paso todo lo rápido que puedo para alcanzar a Jesús.


Llegamos al cemento de Los Sotos. Ya se ve el pueblo. Las piernas me pesan. Los pies me arden. La pendiente y las frenadas hacen que las rodillas empiecen a resentirse. Miro el reloj. Pues igual termino en la hora y tres cuartos que tenía pensado hacer. Pero no me siento bien, sé que podía haberlo hecho mucho mejor. Joder esta vez podía haber bajado a la hora treinta y pico… Bueno tampoco es momento de pensar en eso. Llegamos al desvío de La Zalama. Las piernas me duelen demasiado y pienso: O paro ahora o paro en el pueblo. En el pueblo me va a dar demasiado corte. Paro y ando un poco para descargarme de la bajada. Miro atrás de nuevo. Mierda, ya vienen. Vuelvo a correr pensando que hay que darlo todo. Es la carrera de mi pueblo. No quiero quedarme con la sensación de que me he rendido justo al final.
El corredor que venía detrás de mi me adelanta al pasar por la bajada de antes del puente. Decido que mejor le dejo a su ritmo y yo al mío. Ya no queda nada. Aguanta. De repente veo el puente largo. Veo muchísima gente del pueblo animándome. No quiero mirar a los lados. No quiero dejarme llevar por la emoción pero, sin darme cuenta, he pasado al corredor que me había adelantado hace unos segundos. Llega la cuesta de la Calleja de Los Bueyes. Uffff las piernas no dan para esto ya. El chico vuelve a pasarme. Le dejo irse y me dejo llevar por los gritos de la gente. Ya no queda nada. Disfruta. Miro el reloj. Una hora y cuarenta y tres minutos. No está nada mal. Venga disfruta. La meta está ahí al lado. Disfruta. Encaro la calle que da a la plaza. Muchos gritos. Mucha gente. Qué bien me siento!! Muchas gracias!!! Llego a meta. Una hora y 44 minutos. Puesto 83 en la general y 30 en mi categoría. Bien. Aunque con la sensación de que podía haberlo hecho mucho mejor…


No puedo evitar pensar que ahora toca ver los títulos de la película. Todo ha terminado. Me siento como perdido. No sé qué hacer. No tengo hambre. Bebo algo y comento la carrera con el resto de corredores y amigos del club. Todos están contentos. Cada uno ha conseguido superar el reto que se había propuesto. Y todos estábamos satisfechos y felices por el ambiente. Por los ánimos. Por las felicitaciones. 
Reparto de premios y trofeos por parte de la cantera del club a los ganadores. Recogida del tinglado y hasta el año que viene. Me siento bien. Ojala todos los días fueran como este. Hay que empezar a pensar en la edición del año que viene...
  • Web oficial Carrera por Montaña Garganta de los Infiernos: WEB.

PRESENTACIÓN

Bueno. Pues a petición popular (de mi hermano) he decidido iniciar esta locura de hacer un blog en el que contar mis aventuras y desventuras en mi recién conocida afición por el deporte. La verdad es que hace un año jamás pensaría que pudiera estar escribiendo estas líneas ni recorriendo los kilómetros que he recorrido últimamente. Ni gastando más dinero en equipación deportiva de lo que antes gastaba en salir de fiesta o en pasar tardes enteras tirado en el sofá tirando mi vida. Pero aquí estoy y toca disfrutar la vida de otra manera. ¿Qué mejor forma de hacerlo que redescubriendo mi pasión por la naturaleza? ¿Y qué mejor sitio que en los parajes naturales que rodean mi pueblo (Jerte) donde puedo dejar mi mente y mis piernas volar por la Garganta de los Infiernos y sus alrededores? Pues bueno. No soy Kilian Jornet ni nada por el estilo, aunque tengo que decir que admiro mucho su forma de ver este deporte y es una gran fuente de inspiración. Quién sabe, quizá haya gente que encuentre motivación en lo que escribo y se anime a compartir sus experiencias conmigo. Y, si no es así, al menos así me entretengo y me sirve para motivarme a seguir adelante buscando nuevos retos con los que seguir “creciendo”. 

Ale, a pasarlo bien! ;)