lunes, 24 de septiembre de 2012

Y por fin llegó la lluvia:

De nuevo otro fin de semana. El pasado jueves salí a estirar las piernas un ratillo por Salamanca y, no se bien por qué, desde ese día noto un ligero dolor interno en la pierna derecha, algo así como un dolor de muelas pero en la parte baja de la rodilla y la espinilla derecha. El caso es que llevo arrastrando esa molestia todo el fin de semana e incluso la noche del viernes al sábado apenas dormí por su culpa llegando a despertarme a causa del dolor.



El viernes por la tarde, al llegar a Jerte, decidí salir a disfrutar un rato corriendo por el Reboldo. Ya desde que salí notaba que las piernas no estaban en su mejor momento. No me sentía con fuerzas y el dolor de la pierna, a pesar de desvanecerse al calentar los músculos, tenía bastante que ver. Subí por el camino de los Tres Cerros bastante lento y continué por la pista hasta el Collado de las Losas, recorrí el sendero de La Venta y bajé de nuevo por el Reboldo todo lo rápido que pude. Algo menos de 10km en casi una hora en la que las sensaciones fueron bastante malas tanto física como mentalmente. No me noté en mi mejor momento pero es lo que hay. A la cama pronto a descansar para el dia siguiente y media noche en vela por el dolor de la pierna.
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El sábado por la mañana habíamos quedado para marcar con GPS el recorrido, que esperamos sea el definitivo, de la futura III Carrera por Montaña Garganta de los Infiernos del 2013. Quedamos a las 9:00h en la plaza de Jerte Paco, Fery, el Pérez y yo. Cada uno con su GPS para tener varios “puntos de vista” del recorrido que resultaron ser bastante distintos unos de otros (misterios de la tecnología).


Durante el primer tramo de subida ya notaba otra vez la escasez de fuerzas. Empiezo a dudar si puede ser sobre entrenamiento debido a la carga de los últimos fines de semana o si puede deberse al entrenamiento del jueves (hasta entonces me había notado bastante fuerte y sin molestia alguna). El día está bastante fresco pero, aún así, la humedad hace que sudemos bastante. La nueva zona de la carrera nos hace disfrutar de las vistas a pesar de recorrerla con bastante calma. Andamos durante casi todo el tramo de la Garganta Chica hasta llegar a la bajada al Puente Carrascal. 


Probamos añadiendo un nuevo tramo al recorrido del fin de semana anterior, intentando adaptar longitud y desnivel de la carrera a las exigencias de la federación, y la opinión común es que este año la parte final de la carrera va a dar mucho que hablar por su dureza. A pesar de todo coincidimos también en que el nuevo recorrido supera en espectacularidad a los anteriores. Por fin llegamos, bastante cansados, de nuevo a la plaza de Jerte a nuestro, ya típico, avituallamiento en el bar. Por la tarde toca descanso y un ligero paseo. De nuevo pronto a la cama para descansar.
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El domingo tenemos planificada la ruta MTB oficial del mes de septiembre con el Club Deportivo Jerte. Esta vez vamos a subir a la Laguna del Barco. El día amanece bastante nublado, con pinta de llover. Aún así somos muchos los que nos juntamos en la plaza de Jerte a las 9:00 con la intención de dedicar la mañana del domingo a pedalear hacia tierras de Castilla. 


Nos ponemos en marcha y, apenas recorridos unos 6 ó 7 kilómetros, las primeras gotas hacen su aparición. Subimos la temida cuesta de Santa María bajo una lluvia torrencial y llegamos a Tornavacas. Recorremos sus calles, convertidas en arroyos debido a la cantidad de agua que cae del cielo. Hacía mucho tiempo que deseábamos disfrutar de las lluvias y la tierra lo necesitaba más que nunca así que, a pesar de tener que suspender la ruta, es un alivio volver a mojarse y oler a tierra mojada. 

Volvemos a Jerte por el cordel, totalmente empapados y jugando con los charcos que ha formado la lluvia. Llegamos totalmente llenos de barro a la plaza de Jerte para la foto de final, bastante antes de lo esperado y con muy pocos kilómetros en las piernas. Habrá que tomar la revancha algún otro fin de semana. Es la segunda vez que la Laguna del Barco se nos escapa. Mi GPS, supuestamente resistente al agua, ha muerto en el aguacero. Algunos se quedan a tomar algo en el bar. Toca una ducha calentita y descansar en casa para la vuelta a Salamanca.

El próximo fin de semana la cita tenemos cita en Torrejoncillo con el Maratón de los Artesanos. Será mi primer maratón y la verdad es que le tengo bastante respeto aunque no miedo. El objetivo es terminar, no importa el tiempo. Esta semana habrá que intentar entrenar lo justo y preparar la mente para este reto. A ver qué tal se da.
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martes, 18 de septiembre de 2012

Más kilómetros, más diversión:

Siguiendo en la misma tónica de la semana pasada, este también ha sido un fin de semana intenso de entrenamientos y, además, con una divertida y bonita carrera cerca de casa: La IV Crono Asperillas de Casas del Castañar.



El viernes, al llegar a Jerte, no pude resistirme a salir un ratillo a dar una vuelta por los senderos de la Garganta de Los Infiernos y aproveché para estrenar las zapatillas que habían llegado por correo ese mismo día por la mañana. Mi idea era salir a trotar un ratillo ya que el sábado teníamos carrera pero, una vez que me pongo, me cuesta parar. Las probé en la mayoría de terrenos posibles realizando la subida por el Reboldo pasando por la Fuente de Las Latas y el camino de los TresCerros, de ahí una pequeña bajada hasta el sendero de Las Merinas y hasta Los Pilones. Probé qué tal se defendían por piedras sueltas recorriendo el sendero que va de Los Pilones hasta la Garganta Chica y desde ahí hasta el Puente Nuevo subiendo por la calzada. Por último, la bajada por el Collado de Las Losas y la Fuente Jarandilla de nuevo hasta Jerte. Empezaron con un aprobado pero terminaron con notable así que contento con el resultado. Los primeros 13km del fin de semana para quitar la carbonilla salmantina. Las molestias en la pierna derecha cada vez son más leves pero aún se carga bastante después de los entrenamientos cuando me quedo frío.

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El sábado por la mañana me levanto pronto. Hemos quedado a las 8:30 para ir hasta Casas del Castañar. Hoy comienza nuestra “vuelta al cole” reanudándo la Copa de Extremadura de Carreras por Montaña con la Crono Asperillas. Es una carrera más bien corta y el trazado es bastante atractivo. No noto excesivo cansancio en las piernas después del entrenamiento del viernes así que, a pesar de los nervios, me siento bien. 


La salida, al ser una carrera contra el crono, la vamos tomando individualmente cada 30 segundos según el orden que ha establecido la organización. Es la primera carrera que corro en estas circunstancias y tengo que admitir que, cuando comienza la cuenta atrás me noto bastante nervioso y acelerado. Finalmente es mi turno.


Los primeros metros son en una cuesta de cemento con un gran desnivel que me hace subir con pasos muy cortos y lentos y, apenas avanzados unos metros, ya escucho la cuenta atrás del siguiente corredor. Inconscientemente mis piernas se aceleran y empiezo a ir a un ritmo más rápido del que tenía pensado. Noto seca la garganta y me falta el aire. Paso la zona de cemento, los estrechos caminos entre las fincas de cerezos y llego a la ruta de los castaños siempre mirando hacia atrás con temor a ver al siguiente corredor tras mis pasos. Al ver que llevo bastante diferencia con respecto a él, los tramos más duros los hago andando, sobre todo el último tramo de subida muy fuerte con helechos. Por fin llego a la pista y al primer avituallamiento. El siguiente corredor no me ha cogido y veo, al fondo, al que salió delante de mí. Eso me anima y continúo subiendo con un ritmo tranquilo pero firme.

Tras unos kilómetros de subida por pista consigo alcanzarle y pasarle. Me concentro Intentando controlar la respiración y las piernas cuando, de repente, alguien me pasa a toda velocidad. Miro el reloj, 35 minutos. Acaba de pasarme el primero de los corredores que han salido detrás de mí. Le veo alejarse hacia arriba por la pista a toda velocidad. Sigo a mi ritmo hasta alcanzar el tramo de bajada. Toca disfrutar. Ahora empieza la parte que más me gusta. Me dejo llevar hasta la pared que tenemos que saltar y me encuentro con el sendero estrecho de tierra entre robles que tanto me gustó el otro día cuando vinimos a probar el recorrido. Disfruto esta parte de la carrera como un niño, olvidándome de la competición y centrándome en los saltos, esquivas y tramos de subida y bajada más técnicos.

Llego a la parte más alta del circuito y comienza la bajada, aún por estrechos senderos de tierra entre los robles. Me siento bien e intento sacar algo de tiempo soltándome en la bajada. Me da la sensación de ir bastante rápido cuando de nuevo escucho pasos detrás de mí. Ahora es Raúl García (el favorito y vencedor de la prueba) el que me pide paso, miro el reloj de nuevo: 50 minutos. Como un avión, me deja atrás alejándose trocha abajo a toda velocidad. Yo sigo corriendo, cada vez más rápido, aprovechando los últimos metros de bajada. Llego a la pista y al segundo avituallamiento. No bebo ni como nada. Queda poco para la última subida y después ya solo tendré que dejarme caer los últimos 2km hasta la meta. Poco después del avituallamiento, a unos 200m de la subida me pasa Pedrito, también a toda velocidad, de nuevo vuelvo a mirar el reloj: 55 minutos. Raúl le saca unos 5 minutos y ha salido 4 puestos por delante, eso significa que salió 2 minutos antes que Pedro, así que ahora mismo le saca unos 3 minutos (al final de la carrera la diferencia fué de menos de un minuto). 

Mientras voy echando estos cálculos comienzo a notar leves pinchazos en el abdomen. El temible flato está aquí de nuevo. Sin previo aviso y sin tiempo para reaccionar estos pinchazos son cada vez más intensos y empiezo a andar y, dos pasos después, tengo que pararme literalmente. Me encorvo para evitar el dolor, apenas puedo coger aire sin notar una punzada en el abdomen. Algunos corredores que vienen por detrás, entre ellos Isma, se paran a preguntarme si estoy bien. Les digo que sigan. No puedo hacer otra cosa que pararme y esperar a que se pase. Intento seguir tras ellos trotando suavemente o andando mientras sigo notando los pinchazos cuando respiro. Estoy perdiendo mucho tiempo pero no puedo hacer nada. Me encuentro con César que se ha equivocado de camino y ha perdido también mucho tiempo. Me pasan Javi y Susi, Victor, Miguel… 


Por fin llego a la última zona de bajada, veo a Isma a lo lejos. Cuando me voy acercando a él me fijo en que lleva un calcetín en la mano. Me dice que se ha clavado algo en el pie y que aún lo tiene dentro. Me pide que siga, que está bien y que terminará la carrera y luego irá al centro médico a ver qué tiene (Tras recibir atención médica y unos puntos de sutura, se recupera de la lesión). Me alejo de él poco a poco hacia los últimos metros del recorrido. Me adelantan aquí otros dos o tres corredores. El flato aún sigue ahí aunque ahora me molesta un poco menos pero no me permite correr todo lo que quisiera en la bajada. 
 
Por fin llego a la última subida y entro en el colegio con un tiempo de una hora 20 minutos. Es un tiempo aceptable pero me habría gustado rebajarlo los 5 minutos que habré perdido. A veces las cosas no salen como esperamos. 


Susi y Javi han quedado entre los 10 primeros y obtienen trofeo por ser segundo y tercero de la mancomunidad, por detrás de Miguel. En la general, Raúl García, favorito, se hace con la victoria con unos pocos segundos por delante de Pedrito.


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Al dia siguiente, domingo, los planes son realizar un entrenamiento para marcar un primer esbozo del recorrido que tendrá la futura III Carrera por Montaña Garganta de Los Infiernos del 2013. Con las piernas algo más cansadas que el dia anterior nos ponemos en marcha sobre las 9 de la mañana. No es un recorrido definitivo puesto que aún tenemos que ampliar algo la distancia y el desnivel pero las zonas básicas están ya incluídas en el entrenamiento. 


Comenzamos a subir por la Fuente de Las Latas hasta la pista del reboldo. Realizamos un tramo nuevo de pista hacia arriba y, después, cogemos un sendero del año pasado en sentido contrario hasta llegar de nuevo a otra pista del reboldo. Desde aquí el recorrido es como el del año pasado pero al revés. Pasamos por el sendero de Las Merinas hasta Los Pilones. Subimos por el sendero que une Los Pilones con la Garganta Chica dejando el Refugio a nuestra izquierda y aquí comienza el espectáculo de la zona nueva. 


La subida hacia el Puente Carrascal es espectacular. Las piernas no las tenemos todo lo bien que nos gustaría y tenemos que realizar la mayor parte de este tramo andando. Es la zona más técnica de la carrera y, quizá la más dura, pero también la más llamativa en cuanto a vistas y sensaciones. El sendero va serpenteando garganta arriba entre mucha roca suelta y bosque bajo de arbustos y robles. Durante la subida podemos disfrutar del paisaje que hay a nuestro alrededor, es una zona poco transitada por lo que la sensación de contacto con la naturaleza es mayor. Una vez arriba las vistas son magníficas. Comienza una zona de bajada bastante técnica hacia el Puente Carrascal que será el punto central del recorrido.


Una vez recuperadas las fuerzas después de la bajada nos ponemos en marcha recorriendo el sendero que une el Puente Carrascal con la Ruta de Carlos V. Un sendero algo más cómodo pero aún bastante técnico desde el que podremos ver, al otro lado de la garganta, a los corredores que vengan por detrás de nosotros y el camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí.


Una vez llegados a la Ruta Carlos V recorremos un primer tramo de tierra por bosque de robles en el Collado de La Encinilla hasta llegar al zigzag de la calzada que nos dejará, finalmente, en el Puente Nuevo. Desde aquí continuamos subiendo por la calzada que nos llevará hasta el sendero de La Venta, que ya recorrimos el año pasado justo al terminar la subida al Collado de Las Losas.  


Al finalizar este sendero, de frente, recorreremos un camino de bajada que nos llevará, por el corazón del reboldo, hasta una pista. Y unos 200m después cogeremos otro sendero que, recorriendo de nuevo el reboldo hacia arriba, nos comunicará con la pista de los Tres Cerros. Bajamos por ella unos 200-300m y bajamos por el rápido camino de los Tres Cerros hasta llegar a la bajada que hicimos el año pasado llegando a la cuesta de cemento de Los Sotos y de ahí a Jerte. 

El recorrido lo marcamos con dos GPS distintos y la diferencia entre uno y otro fué demasiado grande por lo que habrá que repetirlo para obtener un resultado más fiable. Los datos obtenidos nos dejan un total de unos 20km de distancia y unos 700m de desnivel positivo. Seguramente este recorrido sufrirá algunas modificaciones para adaptarlo en longitud y desnivel a lo que tenemos en mente pero los tramos importantes se mantendrán como emblema de la III Carrera Garganta de Los Infiernos que esperamos que sea más espectacular aún que las anteriores ediciones.
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Como guinda del pastel para el fin de semana y, aprovechando que me quedé en Jerte hasta el lunes por la tarde, decidí hacer una última salida el lunes por la mañana con la idea de volver a hacer el recorrido del domingo y tener una segunda opinión en cuanto a distancia y desnivel y, de paso, sacar algunas fotos para poder mostrar los tramos nuevos. Al final la cosa se alargó un poco y terminé modificando la parte final del entrenamiento para mi disfrute particular pero sí que aproveché para sacar fotos de la nueva zona que incluiremos este año.


El entrenamiento lo comencé prácticamente como el del día anterior, aunque con las piernas bastante más pesadas debido a la acumulación de kilómetros de estos días. De vez en cuando me permitía un leve descanso para sacar alguna foto o aprovechaba los tramos en los que tenía que andar para inmortalizar las maravillosas vistas. Tengo que admitir que la subida al Puente Carrascal es una de mis zonas preferidas y podría estar sacando fotos casi a cada paso. Una vez llegado al puente aprovecho para coger agua y recuperar fuerzas. El día no está especialmente caluroso pero estoy sudando bastante y las fuentes están bastante secas este verano.


Sigo mi camino hacia el Puente Nuevo y aquí es donde decido cambiar los planes y, en el desvío de la Ruta Carlos V, decido seguir subiendo hacia lo alto del Collado de La Encinilla en lugar de bajar al Puente Nuevo. Serán unos kilómetros más de subida para despedir el fin de semana con un entrenamiento más completo, además es otra zona que me encanta. Cuando llego a lo alto del collado aprovecho para descansar disfrutando con las vistas de la garganta a mis pies y pienso que, ya que estoy aquí, podría seguir subiendo hasta los Escalerones continuando con el placer de recorrer estas zonas más técnicas y menos transitadas, disfrutando de las vistas y de la sensación de libertad que ofrece este deporte. 


Continúo sacando fotos y recorriendo el sendero hacia los Escalerones. Mis piernas ya no suben al mismo ritmo que antes y empiezo a notarlas bastante más pesadas pero ya no puedo parar hasta llegar. Ya en los Escalerones subo a lo alto de los riscos para sentarme al borde y contemplar la grandiosidad del paisaje mientras repongo fuerzas bebiendo y comiendo algo. Me permito 10 minutos de relax disfrutando del silencio, de las rocas, de las gargantas, del aire y del sol. Después de todo, para eso he subido hasta aquí. Es momento de volver. Llevo dos horas por ahí y aún tengo que bajar hasta Jerte.


Me pongo en marcha con la vuelta notando que las piernas ya no responden igual en la bajada así que me lo tomo con calma. Repongo agua en la fuente de Peñalozana y continúo hasta La Encinilla. Poco a poco voy recorriendo la Carlos V hasta llegar al Puente Nuevo donde aprovecho para coger agua de nuevo. El sol empieza a notarse y el calor aprieta. 


Con las piernas ya bastante cansadas comienzo a subir la calzada hacia el Collado de Las Losas apurando lo poco que me queda de comida en la mochila e intentando no gastar mucha agua pues, a partir de aquí no cogeré más hasta Jerte. En mi cabeza empieza a asomar la idea de bajar por la Ruta de Carlos V hasta Las Pedrizas en lugar de bajar por la Fuente Jarandilla. Eso le daría un plus de kilometraje al entrenamiento y, además, me permitiría disfrutar un poco más de la mañana. 


Ya con vistas a Jerte me dejo convencer y me pongo en camino hacia Las Pedrizas en lugar de bajar directo al pueblo. Me apetece darme el placer de disfrutar un poco más de esta mañana de entrenamiento a pesar del dolor de piernas. Necesito un último “chute” de naturaleza antes de volver a la realidad. Disfruto de la bajada por las trochas y caminos del reboldo. Disfruto, incluso, de los tramos de pista que me llevan poco a poco a la civilización. 


Llego a Las Pedrizas y ya siento el final. El camino se vuelve cada vez más artificial pasando de los senderos a las pistas llenas de piedras sueltas, de ahí a las pistas lisas y muy transitadas de Las Rejollás y de ahí al cemento que, finalmente, me deja en Jerte. Fin del trayecto. Al final han sido unos 27km con 1000m positivos para despedir el fin de semana. 

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martes, 11 de septiembre de 2012

Fin de semana completito y disfrutón:

Este ha sido uno de esos fines de semana que gustan, completito a pesar de que algunas actividades de las que tenía planeadas se han quedado fuera. El exceso del sábado pasado ha hecho que a lo largo de la semana haya arrastrado molestias en el isquiotibial derecho y que haya tenido que mantener reposo hasta el jueves. Aburrido del reposo, el jueves decidí salir por la tarde para ver qué tal respondían las piernas a pesar del dolor y la primera impresión no fué del todo buena. No fuí capaz de aguantar corriendo ni tan siquiera una hora a pesar de hacer algunas paradas para estirar de vez en cuando. Aún así, una vez calentados los músculos el dolor parecía pasar a un segundo plano, lo cual me animó un poco.



El viernes por la tarde aproveché para ir pronto al pueblo y salir a correr por mi ruta habitual en la Garganta de Los Infiernos. Quería probar la reacción de mi pierna ante las subidas y bajadas técnicas de la montaña. De nuevo el dolor se fué desvaneciendo a medida que los músculos entraban en calor y conseguí subir al Collado de Las Losas en 24 minutos (increíblemente uno de mis mejores tiempos) lo cual me animó a continuar probando la reacción de las molestias en la bajada. Me di cuenta de que cuando más me molestaba era en los cambios de pendiente. El cambio de subida a bajada resultaba molesto durante poco más de un minuto y luego todo volvía a la normalidad. Continué mi camino por el Puente Nuevo, Los Pilones, Las Merinas y El Reboldo llegando al pueblo con un tiempo bastante aceptable. Podía darme por satisfecho en cuanto a la respuesta de mi pierna. Ya en casa, después de sentarme un rato y quedarme frío, el dolor, como era inevitable, reaparecía hasta que volvía a calentarme un poco.


El sábado por la mañana tenía pensado montar un rato en bici pero finalmente decidí aprovechar para descansar y disfrutar un poco más de la cama. Ya por la tarde acudimos a Las Casas del Castañar a realizar un entrenamiento de reconocimiento de la carrera del próximo fin de semana (Crono Asperillas 2012) junto a nuestros amigos y organizadores del evento Miguel y Jesús. Al salir del coche apenas podía andar sin cojear pero en cuanto empezamos a subir las primeras cuestas el dolor se desvaneció. El recorrido cuenta con una primera parte bastante dura. En primer lugar recorremos una preciosa subida por un bosque de castaños milenarios en el que tenemos que pelear con las miles de moscas que acuden a la llamada de nuestro sudor. No había visto tantas moscas juntas en mi vida. Poco después continuamos con una subida algo más tendida por una pista forestal hasta que nos adentramos en el tramo de bajada. Quizá esta sea una de las partes más rápidas y atractivas del recorrido ya que podemos dejarnos llevar por un estrecho sendero que serpentea entre los robles con una pequeña subida antes de volver a permitirnos una bajada rápida hasta la siguiente zona de pista forestal. Durante un rato disfrutamos de un camino llano y rápido hasta la segunda subida importante del recorrido que, a buen seguro, se le atragantará a más de uno. Después de alrrededor de 1 km subiendo ya todo será dejarse llevar en una bajada bastante repentina de unos 2 km hasta el final. Al llegar no hay ni rastro de dolor pero, de nuevo en casa, vuelvo a notarlo en cuanto me siento un rato. Por la noche una tormenta apenas me deja dormir. 


Amanece el domingo. En principio tenía idea de ir a escalar un rato por la mañana pero este plan también se cayó del fin de semana así que descanso. Esta tarde participo en una nueva aventura. Será un triatlón corto, de iniciación, organizado por unos amigos de Tornavacas con el objetivo de difundir y fomentar el deporte entre los más jóvenes. Le tengo bastante miedo a la parte de natación ya que hace años que no nado si no es para refrescarme un poco en verano. A las tres y media mi hermano y yo nos ponemos en camino con las bicis hasta Tornavacas por el cordel para ir calentando las piernas antes de la competición. Despacito pero sin pausa llegamos a la piscina cuando aún están compitiendo los más pequeños. Susi nos enseña los recorridos de bicicleta y carrera a pie. Son bastante cortos pero muy explosivos. El recorrido de bici tiene apenas kilómetro y medio pero una subida de más del 20% a apenas 250m de la salida de la piscina (entre otras dificultades) y el recorrido de carrera a pie, de un kilómetro aproximadamente, tiene una pequeña cuesta nada más dejar la bici, un pequeño tramo técnico y una larga subida antes de bajar de nuevo hacia la piscina. El contenido total del triatlón serán 8 largos a la piscina de 25m, y tres vueltas a cada recorrido de bici y carrera a pie. Será corto pero intenso. Nunca respondí bien en trayectos tan cortos.


Llega nuestro turno y nos dejamos caer en el agua. Intento hacer los primeros largos a un ritmo tranquilo pero constante. No aguanto el ritmo ni dos largos. Los dos siguientes los hago cada vez más lentos e intentando controlar la respiración. A partir del quinto largo la carrera se convierte en un suplicio en el que, cada vez que toco el bordillo de la piscina, tengo que parar a recuperar el aliento. Los ánimos de los asistentes nos empujan hacia adelante. Finalmente consigo terminar los ocho largos y salir del agua. A duras penas me pongo los calcetines, las zapatillas y cojo la bici. Soy el último en ponerme a pedalear. No soporto esa posición. 


En la primera cuesta, la más dura, consigo adelantar a mi hermano con un desarrollo bastante fuerte y sigo adelante para intentar recuperar posiciones. Poco después adelanto también a Jose. Parece que he recuperado el pulso y quiero seguir recuperando puestos pero la ventaja que nos llevan los de Tornavacas es demasiado grande y termino el recorrido de bicicleta en cuarto lugar. La transición de bici a carrera a pie es la más dura. 


Me pongo a correr pero mis piernas no responden. Me da la sensación de correr más despacio que ando y noto mis piernas duras como una tabla. Llego a la zona técnica y cruzo el rio a paso de tortuga. La subida la hago muy lenta mientras comienzo a sentir un poco más sueltas las piernas. Ya en la segunda vuelta puedo coger algo de ritmo aunque es demasiado tarde. Termino la carrera en cuarta posición, en unos 40 minutos. El recorrido era corto pero muy intenso y el hecho de ser tan corto y tener que afrontarlo a tope lo ha hecho más duro de lo que parecía en un principio. La satisfacción y el placer de haber experimentado mi primer triatlón me hace tener ganas de disfrutar el siguiente pero aún habrá que entrenar bastante. De nuevo para casa. Hay que descansar que el lunes me espera una larga ruta por las montañas de Gredos.


El lunes tocan diana a las 5 de la mañana. La expedición por la sierra de Gredos consiste en realizar la Ruta de las Cinco Lagunas saliendo de la Plataforma de Hoyos del Espino, ascendiendo hasta la Laguna Grande y subiendo hasta la Portilla del Rey para bajar hasta la Laguna Cimera de las Cinco Lagunas, pasando antes por La Galana (2564m) y la Laguna del Gutre. En total unos 30km por los maravillosos parajes rocosos de Gredos.


A las 7:30 comenzamos el ascenso hacia la Laguna Grande. Lo realizamos a buen ritmo ya que aún no ha amanecido y estamos frescos. La pierna me molesta levemente. El cielo parece bastante cubierto y huele a humo de algún incendio cercano. Justo antes de llegar a la Laguna Grande el sendero se bifurca. Tomamos la dirección del sendero de Las Cinco Lagunas que nos llevará al ascenso de La Portilla del Rey por un valle que nos permite disfrutar de la parte trasera de las cumbres del Circo de Gredos y las primeras vistas de La Galana, al fondo. 


Seguimos el rocoso sendero entreteniendo la vista con algunos machos y cabras monteses, con un ritmo cómodo pero rápido. A las 10:30 ya estábamos en lo alto de la Portilla del Rey con vistas, a nuestros pies, de las Cinco Lagunas. En este punto decidimos dividir el grupo. Mi primo Manuel y yo realizaríamos el ascenso a La Galana mientras el resto bajarían directos a la Laguna Cimera y allí esperarían nuestra vuelta.


Nos ponemos en camino intentando no descender mucho de la cresta para no malgastar energías y poco a poco nos vamos acercando al pico. En principio lo más lógico parece ser intentar el asalto por la cara que tenemos visible ya que parece ser la más tendida pero, una vez allí, nos damos cuenta de que es un ascenso un tanto peligroso ya que es una pared de granito bastante lisa y con una pendiente más elevada de lo que parecía. Por seguridad, decidimos atacar la cumbre por la parte más técnica pero que, en principio parece más asequible. 


Tenemos que descender hacia el valle de la Laguna del Gutre para alcanzar una portilla que nos dejará cerca de la cumbre. El descenso es lento pero sencillo y el ascenso se va haciendo más duro a cada paso. Mucha roca suelta y algún paso más complicado. El canal por el que ascendemos se va haciendo cada vez más estrecho y vertical pero por fin conseguimos llegar a la parte alta de la portilla. A cada lado una caída vertical de unos 200m y en la parte alta, donde nos encontramos, menos de 2m cuadrados. Nos separan de la cima de La Galana apenas 20 m formados por una plancha de granito y unos cuantos canchales. Las nubes cubren de niebla las vistas y hace bastante frío. A pesar de tener tan cerca la cumbre, decidimos no arriesgarnos ya que estamos los dos solos, sin el equipo adecuado y no queremos arriesgarnos a estropear el dia con un disgusto por algún resbalón. Nos conformamos con unas fotos y la firme promesa de volver algún día a terminar lo que hemos empezado. 


Realizamos el descenso por el canal que hemos utilizado para subir y, poco a poco, empezamos a notar el aumento de temperatura. Ya abajo, en la Laguna del Gutre, puedo volver a prescindir del cortavientos. Mientras seguimos los hitos para bajar a las Cinco Lagunas nos encontramos con otro grupo de cabras a las que podemos fotografiar a apenas 2m de distancia. Pasamos un rato con ellas y reemprendemos la bajada. Cuando llegamos al punto de reunión el resto del grupo se ha quedado frio de esperar y decidimos parar para comer más abajo.


Vamos recorriendo las Cinco Lagunas disfrutando de las vistas, observando las truchas, el paisaje y las enormes moles de granito que nos rodean. En lo alto, las nubes comienzan a acumularse y a volverse más negras. El calor del medio día empieza a hacerse notar. Poco después de superar las últimas dos lagunas encontramos una gran roca adornada con multitud de hitos. El lugar llama bastante la atención y decidimos realizar una parada para comer y reponer fuerzas.


Una vez descansados, nos ponemos en marcha con el resto del camino que nos queda por delante. Nuestro objetivo es Navalperal de Tormes. Aún nos quedan unos 10km de sendero recorriendo la garganta alimentada por las Cinco Lagunas. El recorrido se hace un poco “soso” después de las vistas que hemos disfrutado a lo largo de la mañana y el calor de la tarde ya se nota a nuestras espaldas. 


Finalmente llegamos a la zona donde se unen las dos gargantas (la de la Laguna Grande y la de las Cinco Lagunas). Decidimos hacer una última parada y comer algo. Virtualmente es el final de la ruta aunque aún nos quedan 2 o 3 kilómetros de pista forestal hasta Navalperal. Una vez allí esperamos a mi tio que tiene que venir a recogernos para recuperar el coche de la plataforma y volver a Jerte.


Como veis, un fin de semana completito y disfrutón. Ojalá todos fueran así. La pierna sigue molestándome a pesar de haberme tomado el martes de descanso. Espero que mañana se porte tan bien como lo ha hecho este fin de semana y poco a poco se vaya terminando de recuperar. Ahora a esperar el sábado y la Crono Asperillas. A ver qué tal se da.


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