Este ha sido uno de esos
fines de semana que gustan, completito a pesar de que algunas actividades de las que tenía
planeadas se han quedado fuera. El exceso del sábado pasado ha hecho que a lo largo de la semana haya arrastrado
molestias en el isquiotibial derecho y que haya tenido que mantener reposo hasta el
jueves. Aburrido del reposo, el jueves decidí salir por la tarde para ver qué tal respondían
las piernas a pesar del dolor y la primera impresión no fué del todo buena. No fuí capaz de aguantar corriendo ni tan siquiera una hora a pesar de hacer algunas paradas para estirar de vez en cuando. Aún así, una vez calentados
los músculos el dolor parecía pasar a un segundo plano, lo cual me animó un poco.
El viernes por la tarde
aproveché para ir pronto al pueblo y salir a correr por mi ruta habitual en la
Garganta de Los Infiernos. Quería probar la reacción de mi pierna ante las subidas y
bajadas técnicas de la montaña. De nuevo el dolor se fué desvaneciendo a medida
que los músculos entraban en calor y conseguí subir al Collado de Las Losas en
24 minutos (increíblemente uno de mis mejores tiempos) lo cual me animó a
continuar probando la reacción de las molestias en la bajada. Me di cuenta de
que cuando más me molestaba era en los cambios de pendiente. El cambio de
subida a bajada resultaba molesto durante poco más de un minuto y luego todo volvía
a la normalidad. Continué mi camino por el Puente Nuevo, Los Pilones, Las
Merinas y El Reboldo llegando al pueblo con un tiempo bastante aceptable. Podía
darme por satisfecho en cuanto a la respuesta de mi pierna. Ya en casa, después de
sentarme un rato y quedarme frío, el dolor, como era inevitable, reaparecía hasta que volvía a
calentarme un poco.
El sábado por la mañana
tenía pensado montar un rato en bici pero finalmente decidí aprovechar para
descansar y disfrutar un poco más de la cama. Ya por la tarde acudimos a Las
Casas del Castañar a realizar un entrenamiento de reconocimiento de la carrera
del próximo fin de semana (Crono Asperillas 2012) junto a nuestros amigos y
organizadores del evento Miguel y Jesús. Al salir del coche apenas podía andar sin cojear pero
en cuanto empezamos a subir las primeras cuestas el dolor se desvaneció. El
recorrido cuenta con una primera parte bastante dura. En primer lugar recorremos una
preciosa subida por un bosque de castaños milenarios en el que tenemos que
pelear con las miles de moscas que acuden a la llamada de nuestro sudor. No había visto tantas moscas juntas en mi vida. Poco
después continuamos con una subida algo más tendida por una pista forestal hasta
que nos adentramos en el tramo de bajada. Quizá esta sea una de las partes más
rápidas y atractivas del recorrido ya que podemos dejarnos llevar por un
estrecho sendero que serpentea entre los robles con una pequeña subida antes de
volver a permitirnos una bajada rápida hasta la siguiente zona de pista
forestal. Durante un rato disfrutamos de un camino llano y rápido hasta la
segunda subida importante del recorrido que, a buen seguro, se le atragantará a
más de uno. Después de alrrededor de 1 km subiendo ya todo será dejarse llevar en una
bajada bastante repentina de unos 2 km hasta el final. Al llegar no hay ni rastro de
dolor pero, de nuevo en casa, vuelvo a notarlo en cuanto me siento un rato. Por
la noche una tormenta apenas me deja dormir.
Amanece el domingo. En principio tenía idea de ir a escalar un rato por la mañana pero este plan también se cayó del fin de semana así que descanso. Esta
tarde participo en una nueva aventura. Será un triatlón corto, de iniciación,
organizado por unos amigos de Tornavacas con el objetivo de difundir y fomentar
el deporte entre los más jóvenes. Le tengo bastante miedo a la parte de
natación ya que hace años que no nado si no es para refrescarme un poco en
verano. A las tres y media mi hermano y yo nos ponemos en camino con las bicis
hasta Tornavacas por el cordel para ir calentando las piernas antes de la
competición. Despacito pero sin pausa llegamos a la piscina cuando aún están
compitiendo los más pequeños. Susi nos enseña los recorridos de bicicleta y
carrera a pie. Son bastante cortos pero muy explosivos. El recorrido de bici
tiene apenas kilómetro y medio pero una subida de más del 20% a apenas 250m de
la salida de la piscina (entre otras dificultades) y el recorrido de carrera a
pie, de un kilómetro aproximadamente, tiene una pequeña cuesta nada más dejar
la bici, un pequeño tramo técnico y una larga subida antes de bajar de nuevo
hacia la piscina. El contenido total del triatlón serán 8 largos a la piscina
de 25m, y tres vueltas a cada recorrido de bici y carrera a pie. Será corto pero intenso. Nunca respondí bien en trayectos tan cortos.
Llega nuestro turno y nos
dejamos caer en el agua. Intento hacer los primeros largos a un ritmo tranquilo pero
constante. No aguanto el ritmo ni dos largos. Los dos siguientes los hago cada
vez más lentos e intentando controlar la respiración. A partir del quinto largo
la carrera se convierte en un suplicio en el que, cada vez que toco el bordillo
de la piscina, tengo que parar a recuperar el aliento. Los ánimos de los asistentes nos empujan hacia adelante. Finalmente consigo
terminar los ocho largos y salir del agua. A duras penas me pongo los calcetines, las
zapatillas y cojo la bici. Soy el último en ponerme a pedalear. No soporto esa posición.
En la primera cuesta, la más dura, consigo adelantar a mi hermano con un desarrollo bastante fuerte y sigo adelante para intentar recuperar posiciones. Poco después adelanto también a Jose. Parece que he recuperado el pulso y quiero seguir recuperando puestos pero la ventaja que nos llevan los de Tornavacas es demasiado grande y termino el recorrido de bicicleta en cuarto lugar. La transición de bici a carrera a pie es la más dura.
Me pongo a correr pero mis piernas no responden. Me da la sensación de correr más despacio que ando y noto mis piernas duras como una tabla. Llego a la zona técnica y cruzo el rio a paso de tortuga. La subida la hago muy lenta mientras comienzo a sentir un poco más sueltas las piernas. Ya en la segunda vuelta puedo coger algo de ritmo aunque es demasiado tarde. Termino la carrera en cuarta posición, en unos 40 minutos. El recorrido era corto pero muy intenso y el hecho de ser tan corto y tener que afrontarlo a tope lo ha hecho más duro de lo que parecía en un principio. La satisfacción y el placer de haber experimentado mi primer triatlón me hace tener ganas de disfrutar el siguiente pero aún habrá que entrenar bastante. De nuevo para casa. Hay que descansar que el lunes me espera una larga ruta por las montañas de Gredos.
En la primera cuesta, la más dura, consigo adelantar a mi hermano con un desarrollo bastante fuerte y sigo adelante para intentar recuperar posiciones. Poco después adelanto también a Jose. Parece que he recuperado el pulso y quiero seguir recuperando puestos pero la ventaja que nos llevan los de Tornavacas es demasiado grande y termino el recorrido de bicicleta en cuarto lugar. La transición de bici a carrera a pie es la más dura.
Me pongo a correr pero mis piernas no responden. Me da la sensación de correr más despacio que ando y noto mis piernas duras como una tabla. Llego a la zona técnica y cruzo el rio a paso de tortuga. La subida la hago muy lenta mientras comienzo a sentir un poco más sueltas las piernas. Ya en la segunda vuelta puedo coger algo de ritmo aunque es demasiado tarde. Termino la carrera en cuarta posición, en unos 40 minutos. El recorrido era corto pero muy intenso y el hecho de ser tan corto y tener que afrontarlo a tope lo ha hecho más duro de lo que parecía en un principio. La satisfacción y el placer de haber experimentado mi primer triatlón me hace tener ganas de disfrutar el siguiente pero aún habrá que entrenar bastante. De nuevo para casa. Hay que descansar que el lunes me espera una larga ruta por las montañas de Gredos.
El lunes tocan diana a las 5
de la mañana. La expedición por la sierra de Gredos consiste en realizar la Ruta de las Cinco Lagunas saliendo de la Plataforma de Hoyos del Espino,
ascendiendo hasta la Laguna Grande y subiendo hasta la Portilla del Rey para
bajar hasta la Laguna Cimera de las Cinco Lagunas, pasando antes por La Galana
(2564m) y la Laguna del Gutre. En total unos 30km por los maravillosos
parajes rocosos de Gredos.
A las 7:30 comenzamos el
ascenso hacia la Laguna Grande. Lo realizamos a buen ritmo ya que
aún no ha amanecido y estamos frescos. La pierna me molesta levemente. El cielo parece bastante cubierto y huele a humo de algún
incendio cercano. Justo antes de llegar a la Laguna Grande el sendero se
bifurca. Tomamos la dirección del sendero de Las Cinco Lagunas que nos llevará
al ascenso de La Portilla del Rey por un valle que nos permite disfrutar de la
parte trasera de las cumbres del Circo de Gredos y las primeras vistas de La
Galana, al fondo.
Seguimos el rocoso sendero entreteniendo la vista con algunos machos y cabras
monteses, con un ritmo cómodo pero rápido. A las 10:30 ya estábamos en lo alto
de la Portilla del Rey con vistas, a nuestros pies, de las Cinco Lagunas. En este punto
decidimos dividir el grupo. Mi primo Manuel y yo realizaríamos el ascenso
a La Galana mientras el resto bajarían directos a la Laguna Cimera y allí
esperarían nuestra vuelta.
Nos ponemos en camino intentando no descender mucho de la cresta para no malgastar energías
y poco a poco nos vamos acercando al pico. En principio lo más lógico parece ser intentar el asalto por la cara que tenemos visible ya que parece ser la más tendida pero,
una vez allí, nos damos cuenta de que es un ascenso un tanto peligroso ya que es una pared de granito bastante lisa y con una pendiente más elevada
de lo que parecía. Por seguridad, decidimos atacar la cumbre por la parte más técnica pero
que, en principio parece más asequible.
Tenemos que descender hacia
el valle de la Laguna del Gutre para alcanzar una portilla que nos dejará cerca
de la cumbre. El descenso es lento pero sencillo y el ascenso se va haciendo más
duro a cada paso. Mucha roca suelta y algún paso más complicado. El canal por el
que ascendemos se va haciendo cada vez más estrecho y vertical pero por fin
conseguimos llegar a la parte alta de la portilla. A cada lado una caída vertical
de unos 200m y en la parte alta, donde nos encontramos, menos de 2m cuadrados. Nos separan de la cima de La Galana apenas 20 m formados por una plancha de
granito y unos cuantos canchales. Las nubes cubren de niebla
las vistas y hace bastante frío. A pesar de tener tan cerca la cumbre, decidimos no arriesgarnos
ya que estamos los dos solos, sin el equipo adecuado y no queremos arriesgarnos a estropear el
dia con un disgusto por algún resbalón. Nos conformamos con unas fotos y la firme promesa de
volver algún día a terminar lo que hemos empezado.
Realizamos el descenso por
el canal que hemos utilizado para subir y, poco a poco, empezamos a notar el aumento de
temperatura. Ya abajo, en la Laguna del Gutre, puedo volver a prescindir del
cortavientos. Mientras seguimos los hitos para bajar a las Cinco Lagunas nos
encontramos con otro grupo de cabras a las que podemos fotografiar a apenas 2m
de distancia. Pasamos un rato con ellas y reemprendemos la bajada. Cuando
llegamos al punto de reunión el resto del grupo se ha quedado
frio de esperar y decidimos parar para comer más abajo.
Vamos recorriendo las Cinco
Lagunas disfrutando de las vistas, observando las truchas, el paisaje y las
enormes moles de granito que nos rodean. En lo alto, las nubes comienzan a
acumularse y a volverse más negras. El calor del medio día empieza a hacerse
notar. Poco después de superar las últimas dos lagunas encontramos una gran
roca adornada con multitud de hitos. El lugar llama bastante la atención y
decidimos realizar una parada para comer y reponer fuerzas.
Una vez descansados, nos
ponemos en marcha con el resto del camino que nos queda por delante. Nuestro
objetivo es Navalperal de Tormes. Aún nos quedan unos 10km de sendero
recorriendo la garganta alimentada por las Cinco Lagunas. El recorrido se hace
un poco “soso” después de las vistas que hemos disfrutado a lo largo de la
mañana y el calor de la tarde ya se nota a nuestras espaldas.
Finalmente llegamos a la
zona donde se unen las dos gargantas (la de la Laguna Grande y la de las Cinco
Lagunas). Decidimos hacer una última parada y comer algo. Virtualmente es el
final de la ruta aunque aún nos quedan 2 o 3 kilómetros de pista forestal hasta
Navalperal. Una vez allí esperamos a mi tio que tiene que venir a recogernos
para recuperar el coche de la plataforma y volver a Jerte.
Como veis, un fin de semana
completito y disfrutón. Ojalá todos fueran así. La pierna sigue molestándome a
pesar de haberme tomado el martes de descanso. Espero que mañana se porte tan
bien como lo ha hecho este fin de semana y poco a poco se vaya terminando de recuperar. Ahora a esperar el sábado y la Crono Asperillas. A ver qué tal se da.
- Enlace al track de la ruta: TRACK
- Enlace al álbum de fotos: FOTOS
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