El día
empezó un poco soso. Toda la noche lloviendo y la mañana tenía la misma pinta.
Paseos arriba y abajo por la casa con inquietud buscando algo que hacer. No
puedo ir a correr, mañana tengo mi primer km vertical y no quiero quedar el
último. La bici y el agua no son buenos amigos. Después de comer parece que el
tiempo da un respiro, las nubes dejan ver algo más de claridad y la lluvia
cesa. Es momento de sacar las piernas a pasear y quitar el mono de montaña. No
puedo dejar pasar la oportunidad de darme un baño de gargantas antes de irme
mañana de nuevo a la cuidad.
Me cambio y
saco la bici a pasear. No quiero forzar, simplemente disfrutar de un rato a
solas. Sudar un poquillo y movilizar las piernas para que no estén dormidas
mañana. La subida por la ruta de Carlos V me parece una buena opción para
disfrutar de una subida tranquila hasta el Collado de Las Losas y cumplir mi
cita pendiente con el sendero que une el Puente Nuevo con la Garganta Chica y
Los Pilones.
Comienzo la
subida tranquila, sacando fotos cada poco tiempo. Quiero disfrutar de esta
tarde. Hacer una ruta por puro placer. Ha llovido bastante y las ruedas patinan
mucho en las subidas. El hecho de que la subida de la Ruta de Carlos V esté
llena de piedras sueltas y subidas bastante repentinas hacen que tenga que
superar varios tramos a pie. No importa. Aprovecho para sacar más fotos.
Una vez
llego al Collado de Las Losas toca disfrutar de la bajada hasta el Puente
Nuevo. Es un trayecto que me encanta hacer corriendo y es la primera vez que lo
hago a lomos de la bicicleta. El hecho de que la roca esté mojada hace que me
tome la bajada con mucho respeto.
Llego al
Puente Nuevo y comienza el paseo con la bici a cuestas. Son pocos los tramos que
se pueden hacer rodando con la bici pero el hecho de que sean tan técnicos los
hacen más atractivos. Asumo que me va a terminar doliendo el hombro de cargar
con la bici y disfruto de las arriesgadas pero emocionantes bajadas que me
permito hacer montado.
Toca cruzar
la Garganta Chica. Hasta ahora no me había dado cuenta de que iba a tener que
cruzarla con la bici al hombro. También se notan las lluvias y viene cargadita
pero me apaño para cruzar y empiezo el paseo por el sendero de Los Pilones.
Otro tramo precioso para hacer corriendo. No es la primera vez que lo hago en
bici pero esta vez apenas he tenido que poner los pies en el suelo un par de
veces. Los Pilones están vacíos, no hay nadie. Hacía tiempo que no los tenía
para mí solo.
Intento
subir montado la calzada romana pero es imposible. Las ruedas patinan una y
otra vez y termino echando el pie al suelo. Toca subir andando. Llego al
sendero. Otro tramo que es una gozada correr. En la primera bajada. Saltando
los troncos que, a modo de escalón, permiten subir a los excursionistas que
utilizan el sendero noto un ruido extraño en la rueda. Suena a pinchazo. Me
toca hacer este tramo andando. Aprovecho para sacar unas cuantas fotos. Está
precioso con el verde primaveral y el poco sol que dejan pasar las nubes.
Subo por Las
Merinas arrastrando la bici. Arreglaré el pinchazo un poco más adelante, cuando
no haya tanta gente por el camino. Parece que se empieza a nublar. Va a volver
a llover. Arreglo el pinchazo y vuelvo al pueblo. Ha sido una tarde productiva.
Un paseo muy entretenido y divertido, con pinchazo incluído para darle ese plus
de emoción.
Mañana toca
otra aventura. Una dura aventura. Mi primer kilómetro vertical. Miro hacia El
Calvitero. Mañana me tocará subir allí arriba desde el otro lado de la sierra.
Un desnivel positivo de 1100m en tan sólo 6km de distancia. Hay mucha nieve.
Seguro que mañana piso nieve. Pero esa será otra historia. Mañana os la cuento.
- Fotos de la ruta: PICASA
No hay comentarios:
Publicar un comentario