domingo, 28 de octubre de 2012

Al mal tiempo buena cara:


Otro fin de semana en Salamanca. Aburrido de correr por los caminos de zahorra de las afueras me decido a hacer una visita que tengo pendiente con la sierra de Candelario, concretamente decido subir al canchal de La Ceja y al Torreón desde la plataforma del Travieso. El camino está bastante marcado pero nunca he hecho el recorrido desde este lado de la sierra así que dedico un rato de la tarde del viernes a buscar por internet rutas que haya hecho alguien y a ver el tiempo que me espera para el sábado. En principio estará nublado pero sin mucha probabilidad de lluvia. Me descargo un par de rutas al móvil y otra en el reloj por si las moscas. Preparo la mochila para el día siguiente y a esperar que haga buen tiempo.




Sábado por la mañana. Mientras desayuno se pone a llover. Empezamos mal. Salgo de Salamanca bajo la lluvia con un día bastante gris y las nubes muy bajas. A lo largo de la autovía la cosa no mejora. Tramos con bastante niebla, bastante lluvia y nubes muy bajas tapan las montañas de la sierra de Béjar. Llego a Candelario sobre las 9:45 y la niebla no deja ver la sierra. Al menos parece que ha dejado de llover y que las nubes comienzan a levantarse. Quizá a lo largo de la mañana la cosa mejore. A las 10:00 me cambio y comienzo el ascenso desde la Plataforma del Travieso. Por encima de mi solo veo niebla y comienza a caer una suave llovizna pero después de una hora de camino no voy a volver a casa con las manos vacías. Es hora de empezar a subir mientras el tiempo lo permita.


El primer tramo es bastante técnico y hay mucha piedra suelta. El camino es prácticamente vertical por un camino de roca suelta entre los carabones y asciende, atravesando la niebla, hacia la cuerda de El Calvitero. Después de unos 20 minutos subiendo me encuentro con un grupo de chavales que salieron un rato antes que yo. El tiempo no acompaña y la conversación es breve, no saben si seguirán subiendo. Comienza a llover un poco más. Continúo con la ascensión. El camino sigue siendo bastante técnico pero muy bien marcado por lo que subo bastante confiado en poder volver sin problemas, a pesar de la niebla, si las cosas se ponen peor.


Ya en la cuerda de El Calvitero me encuentro con otro grupo de montañeros que atraviesan el arroyo del manantial. Un poco más arriba decido parar a ponerme el chubasquero pues comienza a llover con más intensidad y, después de cruzar unas palabras con ellos, continúo mi camino hacia el Calvitero. El camino se vuelve más tendido y menos técnico y puedo permitirme correr más constantemente. La lluvia y la niebla, acompañadas de un intenso viento helado se encargan de endurecer las condiciones. En un día claro las vistas ayudarían bastante a disfrutar de esta ruta pero hoy tengo que conformarme con superar el reto de unas malas condiciones en una ruta que no conozco. 


Durante el tramo de subida debería encontrarme con el Calvitero (que no es un pico en sí sino más bien un conjunto de rocas con un monolito de piedras dedicado a una virgen y un buzón de metal) pero, después de salirme del camino varias veces intentando encontrarlo sin suerte debido a la niebla, llego al final de la subida de la cuerda sin encontrarlo. Continúo por un pequeño tramo de bajada que me lleva a un cruce de caminos. A mi izquierda, dejo el valle de las Lagunas del Trampal. A partir de aquí conozco el camino, al menos lo conocería en un dia soleado, ya que hace poco subimos a La Ceja y al Torreón desde estas lagunas. Vuelvo a sentirme confiado a pesar de que la niebla no me deja ver más allá de unos 50-100 metros y que el tiempo empeora. 


Durante el tramo de subida a La Ceja comienza a llover con algo más de fuerza y el viento se vuelve más fuerte al ser la parte más alta del recorrido y estar completamente expuesta. Pierdo de vista los hitos y me pierdo por primera vez. El reloj me avisa de que estoy fuera de ruta y no veo un camino marcado por ningún lado pero, después de dar unas cuantas vueltas, consigo encontrar el pequeño cohete metálico que marca la cumbre de La Ceja. Aprovecho para sacar un par de fotos en el primer “checkpoint” de la ruta mientras comienza a llover con fuerza y el viento se vuelve más intenso. En estas condiciones se hace incómodo estar en la cima y apenas se puede ver nada así que enseguida me pongo en camino hacia el Torreón. En cuanto bajo un poco el viento se calma y puedo correr tranquilamente siguiendo de nuevo los hitos bajo la lluvia.


Llego a las agujas de Hoyamoros y, lamentablemente, tengo que conformarme con unas fotos que apenas dejan ver nada debido a la intensa niebla que se sube arrastrándose por las rocas. Continúo mi camino descendiendo hacia el Paso del Diablo, la parte más “peligrosa” de la ruta ya que las rocas están muy mojadas y algunas resbalan bastante. Debido a la niebla, o quizá a un fallo de orientación, termino bajando por un paso más bajo que el de la cadena pero llegando igualmente al Torreón. 


Al fin veo la inconfundible torreta entre la niebla, que ahora es bastante espesa. Hace mucho aire y frio y, además, estaba empezando a llover bastante de nuevo. Al haber bajado sujetándome con las manos a las rocas mojadas para evitar resbalones en la bajada de antes del Torreón tenía los guantes empapados y se me estaban quedando las manos heladas. Decido comer un poco y beber algo y ponerme cuanto antes en camino para la vuelta por si las condiciones empeoran.


En la vuelta si que aprovecho la cadena del Paso del Diablo para trepar hasta el otro lado. Las rocas resbalan bastante así que la siguiente zona de bajada entre las rocas la hago bastante despacio poniendo mucha atención para evitar algún susto. La posibilidad de un accidente en estas condiciones, aquí arriba y yendo solo, me impone bastante respeto. Por fin llego a la subida de tierra y puedo relajarme un poco. Ahora ya solo hay que poner el piloto automático y dejarse llevar de vuelta.


Llego de nuevo a la falda de La Ceja y dejo a mi derecha el valle de las Lagunas del Trampal. Es una pena no poder gozar de todas las vistas que me estoy perdiendo. A veces se deja ver, tímidamente, la claridad del sol entre las nubes y la niebla pero rápidamente comienza a llover bastante de nuevo. Noto el aire frio y húmedo golpeándome en la cara pero ya solo queda volver. Sigo los hitos y me cruzo con varios grupos de montañeros que aparecen de repente entre la niebla y continúo mi camino. Llego de nuevo a la zona de bajada de la cuerda del Calvitero y, de nuevo, paso sin verlo. Bajando, esta zona se hace más técnica, incómoda y larga aún, con mucha piedra suelta y resbaladiza debido a la dificultad añadida de las condiciones climáticas que me he encontrado. 


En el último tramo de bajada, cerca ya de la Plataforma del Travieso, son numerosos los pequeños senderos que atajan los zig-zags para unirse todos en torno al camino principal. Bajando por esta intrincada red de pequeños senderos me cruzo con un par de montañeros que ascienden entre la niebla y, aún no sé muy bien por qué, decido salirme de mi camino para continuar por el que ellos subían con la mala suerte de que termino perdiéndome entre la niebla y acabo atravesando un mar de carabones y bajando por un arroyo buscando la plataforma. Después de un rato, al no encontrar ningún hito con el que guiarme, tengo que tirar de móvil y usar el GPS para llegar a la plataforma (resulta que estaba a unos 100m). Habrá que darle las gracias a las nuevas tecnologías por sacarnos de estos apuros. 


A pesar de la calada y de la escasa visibilidad (yo iba con la idea de empaparme de preciosas vistas de alta montaña durante todo el recorrido) me vuelvo para casa contento. Ha sido una salida muy diferente a lo que me esperaba pero quizá más enriquecedora debido a las malas condiciones climatológicas. Habrá que repetirla con buen tiempo, o quizá con nieve… quién sabe.

  • Enlace al track de la ruta: TRACK
  • Enlace al álbum de fotos: FOTOS 
  •  Videos de la zona de La Ceja:


 

 


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