jueves, 2 de agosto de 2012

Subida al Torreón y La Ceja por las Lagunas del Trampal:


Por que no todo es correr y también hay que darse una alegría de vez en cuando y pasear por la montaña en buena compañía, contemplando el paisaje y disfrutando de las sensaciones... Este miércoles, 1 de agosto, nos pusimos en marcha para realizar una ruta montañera que hacía tiempo tenía pendiente por casa. Subir al Torreón desde la central eléctrica de Solana recorriendo las maravillosas Lagunas del Trampal. La expedición estaba formada en principio por mi padre y por mí pero al final también se nos unió también Tana, que nunca había subido al Torreón. 


A las 7 de la mañana nos pusimos en marcha desde la central siguiendo un canal de agua que, debido al calor veraniego y a las escasas lluvias venía prácticamente vacío. Poco después el camino se adentraba en el curso de un valle formado por pequeñas gargantas rodeadas de enormes bloques de granito totalmente verticales. Es un camino bastante marcado y nos limitamos a seguir los hitos. 


El piso se vuelve cada vez más irregular y avanzamos a buen paso alternando rocas sueltas, pasto y canchales. El paisaje es impresionante pues, a lo largo de toda la ascensión, estamos rodeados de enormes moles de granito y paredes verticales con faldas de morrenas rocosas que dejó la nieve en su caída. Me invade una sensación de pequeñez al mirar las grandes paredes que nos rodean. No puedo dejar de sacar fotos, maravillado.


Después de seguir el camino durante una hora más o menos llegamos a la primera, y más grande, laguna de las tres que forman las Lagunas del Trampal. Nos tomamos un descanso para comer algo y disfrutar de las vistas desde la pequeña presa artificial. Nos ponemos en marcha de nuevo rodeándola por la orilla del lado derecho en busca de la garganta que la alimenta, al otro lado. 


Una vez allí seguimos ascendiendo por la garganta hacia la siguiente laguna, la segunda en tamaño. Desde esta segunda laguna podemos ver, al fondo, una tercera, más pequeña, que se forma en otra garganta paralela a la que hemos tomado para subir. Aprovechamos para recoger agua pues a partir de aquí no vamos a encontrar nada. Comemos algo y continuamos la subida hacia la cuerda por un pequeño y verde valle  y, posteriormente, continuamos el ascenso por sinuoso camino de piedras sueltas. Desde aquí podemos disfrutar de las maravillosas vistas que dejamos atrás. Otros años podía verse nieve por aquí arriba. Este año, debido a la sequía, no queda nada del nevero. 


Cuando llegamos a la cuerda notamos el fuerte y frio viento que azota las cumbres y que nos acompañará durante todo el tiempo que permaneceremos aquí arriba. Tomamos el camino hacia el Torreón siguiendo los hitos. El camino es bastante cómodo y llevadero. Aprovechamos para disfrutar de las paredes de Hoyamoros antes de marchar hacia el Torreón y sacamos unas cuantas fotos.


A continuación el camino se desvía hacia abajo para tomar un paso asegurado con una cadena que nos deja prácticamente en la senda del Torreón, nuestra primera parada. Es la primera vez que vengo en esta dirección y nunca había visto en persona este paso. La verdad es que en verano, resulta bastante sencillo y la cadena apenas es necesaria. En invierno, seguramente, será muy agradecida.


Ascendemos un pequeño tramo y llegamos a nuestro primer objetivo. Una vez en el Torreón aprovechamos para sacar varias fotos para el recuerdo en su torreta. Aprovechamos para comer un bocadillo en compañía de un montañero vasco que está dedicando el día a explorar las cumbres de esta sierra. 


Descansamos un poco y nos ponemos en marcha hacia La Ceja. Esta vez mi padre y yo tomamos el camino que pasa por el lado de Hoyamoros, más espectacular y vistoso, y Tana decide volver por el paso asegurado por la cadena. Nos agrupamos al otro lado y nos ponemos en marcha hacia la cuerda que nos llevará a La Ceja.


Hacemos cumbre en La Ceja, aprovechamos para una sesión de fotos y nos ponemos rápido en marcha para la vuelta. Sigue haciendo mucho aire y apenas se puede escuchar cuando hablamos. Volvemos de nuevo al valle que dejamos atrás en la subida. La bajada se hará más corta que la subida pero las piernas van a notar el esfuerzo del descenso por un piso tan irregular.


En el primer tramo mi rodilla ya empieza a darme pequeños avisos. Bajamos por la ladera de roca suelta hacia el valle que nos dejará en la laguna de arriba en la que rellenaremos de nuevo los botes de agua. Empieza a notarse el calor debido a la falta de viento aquí abajo.Nos hará falta. Continuamos la bajada hacia la laguna principal. Seguimos los hitos, a veces dudosos ya que hay por todas partes, y, después de un rato llegamos a la laguna principal. Cruzamos por la orilla de la laguna, de canchal en canchal, hasta llegar al otro lado.


A partir de aquí la bajada se nos complica debido a que hemos seguido los hitos equivocados y nos hemos metido por una garganta a nuestra izquierda, mucho más cerrada y complicada, y perdemos mucho tiempo además de ser más arriesgada y dura para las piernas.


Después de un rato batallando con el camino conseguimos bajar al valle que forman los dos pequeños arroyos al unirse y cogemos de nuevo el camino que nos llevará de vuelta. Es un alivio. A partir de aquí el camino es más sencillo. Paramos en un charco de la garganta a refrescarnos y a coger agua. Ya sólo queda un pequeño tramo de unos 2km hasta el coche.


La experiencia ha merecido mucho la pena, aún con dolor de rodilla, el paisaje espectacular y  la compañía perfecta. Merece la pena descansar las zapatillas de vez en cuando para disfrutar de la paz y la tranquilidad de la montaña. No todo va a ser correr...
  • Enlace al track de la ruta: TRACK
  • Enlace al álbum de fotos: FOTOS 

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